bio - el fósil viviente
Preparaos niños, hoy toca clase de biología.
Bio es el nombre de una nueva serie de entradas dedicadas a animales que han aparecido en Ynis, y que por alguna razón me han llamado la atención. La información que en estas entradas aparecerá serán datos extraidos de las explicaciones que Sócrates me da cuando le pregunto. Creo que nunca os he hablado en profundidad de él, y no será ahora cuando lo haga, sólo os diré que Sócrates es un buho que trabaja en el Museo y está ámpliamente versado en diferentes ciencias y materias, como puedan ser la biología, la pintura o la paleontología. Si veis algún error o teneis algo que añadir a los datos que aporto, hazédmelo saber, se lo comunicaré a Sócrates tan rápido como pueda, y si procede, lo añadiré a la entrada (o la modificaré si fuese necesario).
Para inaugurar bio he elegido un ser cuyos orígenes se remontan en el tiempo hasta hace más de 400 millones de años: el celacanto, el fósil viviente.
Un celacanto es un pez prehistórico, que hasta el 22 de diciembre de 1938 se creía extinguido de la faz de la Tierra. Fue en aquel año que la señorita Majorie Courtenay-Latimer descubrió el primer ejemplar vivo (bueno, más bien recién muerto) del que se tenía constancia. Esto fue en East London (Sudáfrica), ciudad en la que estaba el museo en el que trabajaba como conservadora. Sucedió que un buen día, mientras paseaba por los muelles de la ciudad, vio un pez de enorme tamaño entre la pesca descargada de una de las naves. Al fijarse descubrió que tenía unas aletas muy características que le permitieron identificarlo como un latimeria chalumnae, o celacanto. Antes de este hallazgo toda la constancia que se tenía de éste pez de leyenda era a través de fósiles que databan de los periodos comprendidos entre el Devónico (hace 400 millones de años), época en la que se supone apareció, y el Cretácico superior (hace 65 millones de años), donde se le suponía que había desaparecido. Por cierto que fue en el Carbonífero (hace 250 millones de años) cuando alcanzó la cima evolutiva. La segunda aparición se hizo esperar, 14 años para ser exactos (aunque si tenemos en cuenta que antes de 1938, la anterior marca que había dejado este animalejo se remontaba 65 millones de años atrás, 14 años no parecen demasiados). Fue en el 1952, en las Islas Comoras, entre Madagascar y Mozambique, en el Oceano Índico. En los años sucesivos se dieron casos de nuevos especímenes encontrados, lo que confirmaba que por aquel archipielago había una alegre comunidad de carcas natatorios. Hasta 1998 se dio por hecho que este era el único grupo de celacantos que había sobrevivido al tiempo, pero en ese año Mark V. Erdmann, biólogo de la Universidad de California (Berkeley) puso de manifiesto que en Manado Tua, una de las Islas Célebes (Sulawesi, Indonesia), había otra comunidad de carcas natatorios. Los carcas natatorios del mundo se felicitaban por descubrirse menos solos. Este descubrimiento, además de producir una algarabía entre la tercera edad marina, significaba que la población de celacantos no sólo se reducía a un punto en el mapa, y que por tanto podrían encontrarse nuevas poblaciones en la zona comprendida dentro de los 10.000 kms de distancia que había entre una comunidad de celacantos y la otra, o incluso en otros mares diferentes. En el año 1989 la población de las Islas Comoras se cifró en unos 200 ejemplares, aunque su número baja de manera alarmante. De la otra comunidad no se tienen datos.
Una vez puesto en contexto, toca hablar del bicho en si. Los celacantos son grandes peces marinos (alrededor de los 150cms de largo) de color gris azulado o pardo, que se caracterizan por tener unas aletas que por poco no se pueden considerar patas. Suelen vivir en aguas bastante profundas, (entre los 150 y 250 metros de profundidad), y no salen a la superficie más que para alimentarse, normalmente de los peces de los arrecifes, los cuales se constituyen como su principal alimento. El que pueda sumergirse a tales profundidades se debe a su vegiga, capaz de segregar aceite (Nota: no me queda muy claro cómo funciona este invento, pero el caso es que esto es así, y como tal lo tendreis que asumir, os guste o no). Otra de las caracteristicas del celacanto es que las hembras fecundan los huevos internamente. Estos huevos suelen ser de gran tamaño (en torno a los 9cms de diámetro y 300 gramos de peso). Este último dato es posíblemente el más relevante a la hora de determinar su gran importancia evolutiva, ya que junto con los peces pulmonados, son los parientes más cercanos de los vertebrados terrestres. No en vano fueron los peces de aletas lobuladas (como el celacanto) los encargados de dar el paso evolutivo que alejó a los peces del agua allá por el Devónico superior (hace 360 millones de años), para luego convertirse en otras cosas que ya no eran, ni son, peces.
Por último decir que, como un montón de especies, el celacanto está en peligro de extinción. Debido a la sobreexplotación pesquera de los peces que sirven como alimento a estos bicharracos, y también al complicado ciclo reproductivo que poseen, estos fósiles vivientes están a un paso de convertirse en fósiles sin más. Las creencias absurdas que se tiene en algunos paises asiáticos de que el líquido de su espina dorsal prolonga la vida, tampoco ayuda. Es más, gracias a ellas el mercado negro de productos de celacanto está en auge. Cada especie que se extingue es un golpe incontestable para la Tierra, pero que desaparezca una eespecie que ha logrado perdurar más de 400 millones de años, y que sea por culpa exclusiva del ser humano, es un cargo de conciencia que debería pesar más de lo que parece pesar.
Bio es el nombre de una nueva serie de entradas dedicadas a animales que han aparecido en Ynis, y que por alguna razón me han llamado la atención. La información que en estas entradas aparecerá serán datos extraidos de las explicaciones que Sócrates me da cuando le pregunto. Creo que nunca os he hablado en profundidad de él, y no será ahora cuando lo haga, sólo os diré que Sócrates es un buho que trabaja en el Museo y está ámpliamente versado en diferentes ciencias y materias, como puedan ser la biología, la pintura o la paleontología. Si veis algún error o teneis algo que añadir a los datos que aporto, hazédmelo saber, se lo comunicaré a Sócrates tan rápido como pueda, y si procede, lo añadiré a la entrada (o la modificaré si fuese necesario).
Para inaugurar bio he elegido un ser cuyos orígenes se remontan en el tiempo hasta hace más de 400 millones de años: el celacanto, el fósil viviente.
Un celacanto es un pez prehistórico, que hasta el 22 de diciembre de 1938 se creía extinguido de la faz de la Tierra. Fue en aquel año que la señorita Majorie Courtenay-Latimer descubrió el primer ejemplar vivo (bueno, más bien recién muerto) del que se tenía constancia. Esto fue en East London (Sudáfrica), ciudad en la que estaba el museo en el que trabajaba como conservadora. Sucedió que un buen día, mientras paseaba por los muelles de la ciudad, vio un pez de enorme tamaño entre la pesca descargada de una de las naves. Al fijarse descubrió que tenía unas aletas muy características que le permitieron identificarlo como un latimeria chalumnae, o celacanto. Antes de este hallazgo toda la constancia que se tenía de éste pez de leyenda era a través de fósiles que databan de los periodos comprendidos entre el Devónico (hace 400 millones de años), época en la que se supone apareció, y el Cretácico superior (hace 65 millones de años), donde se le suponía que había desaparecido. Por cierto que fue en el Carbonífero (hace 250 millones de años) cuando alcanzó la cima evolutiva. La segunda aparición se hizo esperar, 14 años para ser exactos (aunque si tenemos en cuenta que antes de 1938, la anterior marca que había dejado este animalejo se remontaba 65 millones de años atrás, 14 años no parecen demasiados). Fue en el 1952, en las Islas Comoras, entre Madagascar y Mozambique, en el Oceano Índico. En los años sucesivos se dieron casos de nuevos especímenes encontrados, lo que confirmaba que por aquel archipielago había una alegre comunidad de carcas natatorios. Hasta 1998 se dio por hecho que este era el único grupo de celacantos que había sobrevivido al tiempo, pero en ese año Mark V. Erdmann, biólogo de la Universidad de California (Berkeley) puso de manifiesto que en Manado Tua, una de las Islas Célebes (Sulawesi, Indonesia), había otra comunidad de carcas natatorios. Los carcas natatorios del mundo se felicitaban por descubrirse menos solos. Este descubrimiento, además de producir una algarabía entre la tercera edad marina, significaba que la población de celacantos no sólo se reducía a un punto en el mapa, y que por tanto podrían encontrarse nuevas poblaciones en la zona comprendida dentro de los 10.000 kms de distancia que había entre una comunidad de celacantos y la otra, o incluso en otros mares diferentes. En el año 1989 la población de las Islas Comoras se cifró en unos 200 ejemplares, aunque su número baja de manera alarmante. De la otra comunidad no se tienen datos.
Una vez puesto en contexto, toca hablar del bicho en si. Los celacantos son grandes peces marinos (alrededor de los 150cms de largo) de color gris azulado o pardo, que se caracterizan por tener unas aletas que por poco no se pueden considerar patas. Suelen vivir en aguas bastante profundas, (entre los 150 y 250 metros de profundidad), y no salen a la superficie más que para alimentarse, normalmente de los peces de los arrecifes, los cuales se constituyen como su principal alimento. El que pueda sumergirse a tales profundidades se debe a su vegiga, capaz de segregar aceite (Nota: no me queda muy claro cómo funciona este invento, pero el caso es que esto es así, y como tal lo tendreis que asumir, os guste o no). Otra de las caracteristicas del celacanto es que las hembras fecundan los huevos internamente. Estos huevos suelen ser de gran tamaño (en torno a los 9cms de diámetro y 300 gramos de peso). Este último dato es posíblemente el más relevante a la hora de determinar su gran importancia evolutiva, ya que junto con los peces pulmonados, son los parientes más cercanos de los vertebrados terrestres. No en vano fueron los peces de aletas lobuladas (como el celacanto) los encargados de dar el paso evolutivo que alejó a los peces del agua allá por el Devónico superior (hace 360 millones de años), para luego convertirse en otras cosas que ya no eran, ni son, peces.
Por último decir que, como un montón de especies, el celacanto está en peligro de extinción. Debido a la sobreexplotación pesquera de los peces que sirven como alimento a estos bicharracos, y también al complicado ciclo reproductivo que poseen, estos fósiles vivientes están a un paso de convertirse en fósiles sin más. Las creencias absurdas que se tiene en algunos paises asiáticos de que el líquido de su espina dorsal prolonga la vida, tampoco ayuda. Es más, gracias a ellas el mercado negro de productos de celacanto está en auge. Cada especie que se extingue es un golpe incontestable para la Tierra, pero que desaparezca una eespecie que ha logrado perdurar más de 400 millones de años, y que sea por culpa exclusiva del ser humano, es un cargo de conciencia que debería pesar más de lo que parece pesar.
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