domingo, septiembre 10, 2006

Historia de Ossco y Jaspi - séptima entrega

Los días siguientes pasaron sin pena ni gloria. Lulú tuvo que aceptar una vez más su incondicional amor por Ossco, lo cual en el fondo alegró a Vigilio, pues ello le permitía pasar todas las noches secando las lágrimas de la hipopótamo, y le permitía también focalizar hacia un ser concreto el odio que le creaba la frustración de no poseerla.


Ossco pasó unos días sin salir de casa. Nadie se dio cuenta, excepto los pajarillos que revoloteaban cerca del río. Nadie en su sano juicio se acercaría a la casa de un oso malo. Y por eso nadie supo tampoco por qué lo hizo. Tal vez se sintió indispuesto, o demasiado holgazán para levantarse de la cama, o temió encontrar a la hipopótamo oculta tras un escuálido árbol. Cuando por fin abandonó su casa y, tras llenar sus pulmones de aire fresco, lo primero que vio, al lado de la puerta, fue una minúscula flor rosácea cuyo tallo había osado atravesar la tierra y mostrarse en su jardín sin flores. Pero, al contrario de lo que hubiera sido lógico en un oso malo, Ossco no se apresuró a pisotearla sin piedad. Lo que hizo fue agacharse y observarla con detenimiento; tocó sus pétalos, sus hojas, acercó la nariz y sintió unas cosquillas irreprimibles en las entrañas. Sonriendo con la sonrisa afable y despistada del abuelo que acaba de ver pasar a su nieto favorito, se sentó en su silla de mimbre frente al río y pensó que la vida, a veces, era bonita. No sabía que la aparición de esa flor le demostraría todo lo contrario, como tampoco sabía que los ojos de Jaspi lo observaban tras un árbol apartado.

3 comentarios:

Perro De Lobo dijo...

Parece la calma antes de la tormenta...

Permíteme que parafrasee una cita de Mad Max III (Más allá de la cúpula del trueno):

"Dos entran, uno sale"

Es irónico que las flores tóxicas que cultiva Jasspi vayan a servir pronto para engrosar su corona funeraria.

Ossco estamos contigo!

Pipilota dijo...

A mí me parece que perrico tiene un cierto parecido con Lulú.

Ambos sienten un "amor incondicional" por Oscco y en ocasiones cuando perrico llega tiembla todo como cuando corre Lulú :¬º

ejem... todo el mundo espía a hurtadillas a Oscco, se le va a desarrollar un Psicosis galopante.

Pd1: conste que me cae mucho mejor el Perro de Lobo que Lulú ¿eh?
Pd2: Sigo esperando intrigadísima el lado oscuro de Jaspi.

Perro De Lobo dijo...

Eh! Yo no siento "amor incondicional" por Ossco. Sólo una férrea, viril y no-homoerótica simpatía hacia el paria del pueblo, el rechazado (salvo por la plasta de Lulú), la oveja negra, el anti-héroe.

Y además he apostado mis ahorros por él, pero eso no cuenta!