miércoles, febrero 14, 2007

Historia de Ossco y Jaspi - decimoséptima entrega

Durante un día y medio la realidad perdió toda su relevancia en el pueblo. Algunos vecinos correteaban fatigosamente por los caminos convencidos de estar alcanzando velocidades ultrasónicas; otros los miraban y veían camellos sedientos, jilgueros ebrios, lenguas gigantescas que lamían las piedras. Como consecuencia, hubo vecinos que se escondieron bajo las camas, presas de un pánico insoportable, mientras otros se tiraban por los suelos víctimas de espontáneos ataques de risa que solían ir acompañados de un dedo índice que apuntaba hacia algo intrascendente.

Vigilio bailó salsa con el caballo asmático, convencido de que por fin había conquistado a Lulú. Ésta, por su parte, se unió a un grupo de vecinos que espontáneamente habían iniciado una clase de lo que ellos consideraban aeróbic en la plaza del ayuntamiento. Hubo un vecino que trepó a la copa de uno de los árboles más altos y se lanzó al grito de ¡Victoria!. El ayuntamiento fue invadido por un reducido grupo de vecinos con flores en el pelo que dedicaron la mayor parte del tiempo a actividades lujuriosas en las que se vio involucrada una gran cantidad de material de oficina. Incluso los pájaros parecieron celebrar fiestas entre las ramas de los árboles, y alguno hubo que se mezcló entre los vecinos, sintiéndose uno más.

Ossco, como cada mañana, salió de su casa y se sentó en la silla de mimbre frente al río. A lo lejos se oían sonidos poco habituales, risas, gritos, música. Pensó que tal vez era carnaval, o san Valentín, o navidad. Las festividades le traían sin cuidado, como cualquier otra cosa que llevara calor a los corazones del resto de habitantes: era un oso malo y sólo se complacía en su soledad. Al cabo de un rato vio un pájaro revolotear en círculos por encima del rió hasta que chocó contra el tronco de un árbol, en la otra orilla . ¡Será subnormal!, exclamó Ossco con una risilla cruel. Luego cerró los ojos, aún con una sonrisa en los labios, y se durmió, tal como hacía cada día.

3 comentarios:

Pipilota dijo...

ohh "actividades lujuriosas" y "material de oficina" en la misma frase, qué curioso O_ô

Me ha encantado esta entrega, me ha proporcinado justo el empujoncito que necesitaba para salir hoy a cazar Jaspis u Osscos ;P

Anna C P dijo...

¿Y bien? ¿Cazaste muchos Jaspis? :-O Osscos no creo, a no ser que fueras personalmente a sus guaridas a buscarlos >_<

Pipilota dijo...

Más bien me puse un poco enferma de lo mio y me quede en mi propia guarida >_<