sábado, enero 27, 2007

ynis 3.0

Supongo que algunos desearíais que fueramos menos estáticos para actualizar el contenido del blog, y más para remodelar su aspecto y estructura. El caso es que la realidad no es como la deseamos, sino como se muestra. Este cambio ha venido un poco más forzado que los anteriores, dado que nos hemos trasladado a la nueva (no tanto) versión de blogger, con lo que la plantilla anterior se ha ido al garete. Como es obvio, ésta que véis no será la definitiva (faltaría más). Lo positivo es que ahora podréis ver las entradas recogidas en diferentes secciones (llamadas sindicatos por mí). Aunque aviso que los números que acompañan a los nombres son erróneos, sin saber muy bien a qué se debe esto. No es emocionéis demasiado al ver que hay treintaipico entradas de Ossco y Jaspi, porque no es que a la repor le haya dado un yuyu creativo y se haya puesto a escribir como una posesa.

Las diferentes secciones o temáticas son las que véis, y aunque algunas son autoexplicativas (como la de Historia de Ossco y Jaspi), otras como interiores, en la retina o colocadas con sentido, pueden requerir una mayor explicación. En la retina son entradas dedicadas a dibujos. Generalmente serán mías. Colocadas con sentido es la dedicada a los textos, y por lo general serán entradas de la repor. En cuanto a interiores, es una especie de cajón desastre donde van el resto de entradas. Al menos en un principio.

Decir que todos los nombres son susceptibles de ser modificados, así que por ahora debéis de tomarlos como "placeholders". Y nada más, avisados y advertidos estais.

viernes, enero 26, 2007

Historia de Ossco y Jaspi - decimosexta entrega

Por la noche, cuando el juicio parecía haber regresado al pueblo y todos sus habitantes soñaban plácidamente, una sombra surgió bajo la luz de la luna. Avanzaba lenta e implacablemente, cada paso un sismo sólo perceptible por las aves nocturnas posadas sobre los árboles del camino. Cruzó todo el pueblo hasta la zona de los arces, y se detuvo frente al jardín del oso bueno. Allí permaneció al acecho, inmóvil. Segundos más tarde una cerilla iluminó su rostro retorcido por el rencor, y cayó sobre una flor pequeña, apenas un capullo que contagió a sus vecinas, las cuales, en un arrebato de histeria, convirtieron el jardín entero en un mar de llamas.

Todavía era de noche cuando a Jaspi lo despertó la luz del sol. Se asomó por la ventana y comprobó horrorizado la escena: no había una sola flor que no ardiera, y las llamas estaban ya alcanzando los arces más cercanos. Lo primero que hizo fue recorrer la casa en busca de ventanas abiertas, que se apresuró a cerrar de un golpe. Lo segundo, saltar sobre el teléfono y marcar el número de Vigilio. Aún no habían logrado sus dedos temblorosos hallar el tercer número cuando oyó voces en el exterior. Soltó el aparato y miró por la ventana. Vigilio, acompañado por unos cuantos vecinos, lanzaba cubos de agua sobre las llamas, y la impresión era parecida a la de un grupo de niños jugando a lanzarle arena al mar. Esto era a causa del volumen del fuego, pero sobre todo de las enormes sonrisas, cuando no carcajadas, que pintaban las caras de todos ellos. Jaspi se cubrió la cara con las zarpas, consternado. Luego corrió las cortinas, tomó tres pastillas de un bote que guardaba en la cocina y volvió a meterse en la cama, con la esperanza de que la muerte se lo llevara dormido.

domingo, enero 07, 2007

¡wiinis vive!

Por fin tengo la Wii, esa consola que está agotada en todos laos, menos en Oriente, o eso es al menos lo que deduzco a raíz de lo acaecido el pasado 5 de Enero. Ya estaba la tarde avanzada cuando llamaron a mi puerta, y me entregaron en mano un paquete. En el interior estaba la consola, y una misiva que os paso a transcribir:

Querido creyente:


en primer lugar permítanos felicitarlo por el regalo del que le hacemos entrega con motivo de la víspera del día que se asignó para celebrar nuestra existencia. Tal como sospechamos ya habrá comprobado, hoy por hoy no es fácil hacerse con un ejemplar de tan especial juguete. Sin embargo, dada nuestra extensa trayectoria como Magos, la dificultad no ha sido suficiente como para tornar la tarea imposible, algo que nos consta sí le ocurrió a nuestro pequeño competidor, Papa Noël. No es nada raro que un personaje con tan reducida experiencia en la creación y reparto de juguetes, cuya tecnología se reduce aún al uso de renos voladores, y que precisa de chimeneas para penetrar en las casas –cuando de todos es sabido que pocas son las viviendas de hoy en día que cuentan con tan anacrónico sistema de calefacción– halle problemas para abastecerse de juguetes un tanto singulares. Por ese motivo este año nos sentimos especialmente orgullosos de nuestro trabajo, que a tantas personas desengañadas el día de Navidad traerá por fin la alegría que tanto merecen.

No queremos dejar de mencionar, pues si lo hiciéramos pecaríamos tal vez de poca sinceridad, nuestra decepción cuando una pareja de jilgueros nos comunicaron que usted depositaba más confianza en los mediocres servicios de Papa Noël que en los nuestros, que cuentan con siglos de eficiencia que los avalan. Sin ánimo de ofender, las muestras de desconfianza en este sentido nos llevan siempre a cuestionar los criterios que llevan a muchas personas a decantarse por un ser con evidentes síntomas de alcoholismo, las réplicas del cual, repartidas por las ciudades con campanillas y caramelos en las manos, contribuyen a la deplorable práctica del consumismo.

No pretendemos con esto recriminarle sus preferencias, y queremos dejar claro que no le guardamos ningún rencor. Por supuesto, no existe relación alguna entre este hecho y el pequeño contratiempo que para usted supondrá que hagamos entrega de su regalo a más de 400 kilómetros de su hogar. Los motivos de tal percance son puramente logísticos y ajenos a nuestra voluntad, y confiamos en que pueda usted disfrutar de su especial juguete lo antes posible.

Nos vemos obligados a mencionar que una de nuestras más fieles seguidoras, cuya intervención ha contribuído sin duda a la deferencia con que hemos tratado la adquisición y entrega de tan dificultosa petición, ha manifestado expresamente su preocupación frente al uso inadecuado y tal vez abusivo que usted pueda hacer del juguete. Desconocemos los motivos que han llevado a nuestra venerable seguidora a mostrar tan solícito comportamiento y profundo aprecio hacia su persona, pero debemos advertirle que, en caso de que hasta nosotros lleguen informaciones que nos lleven a sospechar un exceso en los límites para usted permitidos en sus actuales circunstancias, nos veremos obligados a retirarle el juguete, y eliminaremos su nombre de nuestras listas, con carácter definitivo, excluyéndolo de todo posible futuro servicio.

Sin más dilación, nos despedimos deseando que disfrute del juguete más ansiado de la temporada.

Atentamente,

Los Reyes Magos de Oriente, SL.


Aprendida la lección queda. Para celebrar tal evento he creado un blog paralelo que podeis encontrar en la barra lateral bajo el nombre Wiinis, que irá dedicado a tal maravilloso artefacto, y que espero que disfruteis y encontreis de utilidad.

martes, enero 02, 2007

Historia de Ossco y Jaspi - decimoquinta entrega

Un sonido espeluznante, de águila ebria, se extendió por todo el pueblo como la lava de un volcán. Venía de la casa de Juana, situada a unos metros de la plaza el ayuntamiento. La deficiente se acababa de despertar y reía con tanta vehemencia que le resultaba gracioso escucharse. Se levantó de la cama y escogió de entre sus vestidos el más bonito para ir a comunicarle a Jaspi la noticia: ¡no había nabos! Y no sólo eso: había aprendido a preparar la tarta más rica del mundo. Si Jaspi accedía, no tendrían que vender nabos nunca más, ¡se los podrían comer!

Lulú empezó a tararear un villancico que extrañamente había aparecido en su cabeza en plena primavera mientras notaba cómo la adrenalina viajaba por su cuerpo a una velocidad vertiginosa. Intentó meterse dentro del vestido blanco que se empeñaba en dificultarle la entrada aferrándose a su cuerpo como un hijo frente a la puerta del colegio. Eso a Juana le pareció también muy gracioso, y la risa le impidió oír el crujido de la tela que por fin abrió los brazos y permitió la entrada de sus caderas. La alegría la hizo saltar frente al espejo al tiempo que subía el volumen de su canto y de su risa. Las manos le temblaban, empapadas de felicidad, mientras se pintaba los labios con un rotulador rojo. Para la boda tendría que buscar en alguna papelería de la ciudad un rotulador más grueso, como esos que usaban las mujeres en la tele. Los ojos se le llenaron de luces al imaginarse en una iglesia con Jaspi. ¡Lluvia de arroz! gritó con todas sus fuerzas. Luego soltó una carcajada que asustó a los pajarillos que reposaban cerca de la casa de Ossco, al otro lado del pueblo, y salió de su casa sin cerrar la puerta. El suelo parecía quemar bajo sus pies. Una energía irrefrenable le subía por las piernas a cada paso que daba, y la risa se transformaba en chillido a medida que cogía velocidad.

En la plaza del ayuntamiento, donde los habitantes del pueblo saltaban cogidos de las manos en torno al árbol parlante, la vieron pasar como una exhalación, una bola blanca que cruzó la calle con un grito agudo. Vigilio, que esa mañana había recibido una carta anónima que difamaba el buen nombre de Jaspi, se había acercado a la casa del oso bueno a investigar. No esperaba encontrar nada sospechoso, porque Jaspi era bueno y eso todos lo sabían, pero su deber era asegurarse para poder luego centrarse en pillar al difamador. Entraba en el jardín cuando la oyó. Asustado, giró la cabeza en la dirección del chillido ascendente, y apenas vio una bola de aire que dejó un camino de flores rotas y se alejó del pueblo dejando una nube de polvo a su paso. Fue la última vez que vieron a Juana.