viernes, enero 26, 2007

Historia de Ossco y Jaspi - decimosexta entrega

Por la noche, cuando el juicio parecía haber regresado al pueblo y todos sus habitantes soñaban plácidamente, una sombra surgió bajo la luz de la luna. Avanzaba lenta e implacablemente, cada paso un sismo sólo perceptible por las aves nocturnas posadas sobre los árboles del camino. Cruzó todo el pueblo hasta la zona de los arces, y se detuvo frente al jardín del oso bueno. Allí permaneció al acecho, inmóvil. Segundos más tarde una cerilla iluminó su rostro retorcido por el rencor, y cayó sobre una flor pequeña, apenas un capullo que contagió a sus vecinas, las cuales, en un arrebato de histeria, convirtieron el jardín entero en un mar de llamas.

Todavía era de noche cuando a Jaspi lo despertó la luz del sol. Se asomó por la ventana y comprobó horrorizado la escena: no había una sola flor que no ardiera, y las llamas estaban ya alcanzando los arces más cercanos. Lo primero que hizo fue recorrer la casa en busca de ventanas abiertas, que se apresuró a cerrar de un golpe. Lo segundo, saltar sobre el teléfono y marcar el número de Vigilio. Aún no habían logrado sus dedos temblorosos hallar el tercer número cuando oyó voces en el exterior. Soltó el aparato y miró por la ventana. Vigilio, acompañado por unos cuantos vecinos, lanzaba cubos de agua sobre las llamas, y la impresión era parecida a la de un grupo de niños jugando a lanzarle arena al mar. Esto era a causa del volumen del fuego, pero sobre todo de las enormes sonrisas, cuando no carcajadas, que pintaban las caras de todos ellos. Jaspi se cubrió la cara con las zarpas, consternado. Luego corrió las cortinas, tomó tres pastillas de un bote que guardaba en la cocina y volvió a meterse en la cama, con la esperanza de que la muerte se lo llevara dormido.

3 comentarios:

Pipilota dijo...

¡¡ Ostras !! ¡Jaspi un pusilánime suicida! sinceramente, no me lo esperaba de él.

¿Qué cliente insatisfecho se ha decantado por el piromanismo? ¿habrá sido Ossco? ¿ habrá sido el mismismo Virgilio? ¿ o habrá sido la chalada de Lulú? ¿Tendrá el pueblo una serie de risibles situaciones por la inevitable intoxicación por humo? Que intriga más intrigante.

Perro De Lobo dijo...

Esa escena del pueblo reunido ante la casa de Jasspi me trae a la mente una relación inevitable, la de los aldeanos de las pelis de la Hammer que, una vez que la ira vence al miedo, con las horcas y los arados, rodean el castillo del vampiro.

Claramente, los cubos de agua que lanza la turba para apagar el fuego no están destinados a salvar a Jasspi, sino a permitirles la entrada en la casa para inflarle a hostias.

Jasspi = Vlad.

Perro De Lobo dijo...

Donde dije arado, póngame una azada, que hay aldeanos bastos, pero no tanto.