Historia de Ossco y Jaspi - duodécima entrega
El día siguiente estuvo cargado de emociones para Juana. Lo primero que hizo al despertarse fue imaginar el viril olor de un oso como Jaspi durmiendo a su lado. Luego desayunó y, con la fuerza que sólo la fe puede brindar, arrastró el saco grande de nabos hasta la plaza del pueblo. Los vecinos que pasaban por allí la observaron con caras consternadas. ¡Nabos! gritaba Juana con los ojos brillantes ¡Nabos mejores! Froberta la rana simpática fue la primera en acercarse a ella y comprar un par de nabos, con la esperanza de que el silencio volviera a la hasta ahora tranquila mañana de domingo. Más tarde el caballo asmático y la gallina feliz hicieron lo mismo. Juana, animada por sus propios pensamientos, subía la voz sin darse cuenta, y con ello logró que tres habitantes más se acercaran y compraran nabos. Finalmente el propio Vigilio apareció en la plaza y, con el tono grave que era incapaz de usar con Lulú, la amenazó con pasar un rato en comisaría. Juana, impresionada por el uniforme de Vigilio, recogió el saco y salió corriendo hacia su casa . ¡Sólo faltaría que sus planes se vieran truncados por la ley!
Por la tarde, recuperada ya del susto, cargó el saco pequeño a sus espaldas y se dirigió el pueblo vecino. Las colas eran muy largas ya cuando llegó, y la rabia se desató cuando comprobaron que no había más que unos pocos nabos que comprar. Juana les intentó explicar que regresaría con más, pero su voz apenas se oyó bajo el abucheo de gente con ojos desencajados que intentaban arrancar los nabos a los que habían tenido la suerte de poderlos comprar. Alguien propuso agarrar a Juana como rehén hasta que trajeran más nabos, y la deficiente huyó a una velocidad que dejó a todos los que la perseguían con la boca abierta y los brazos extendidos en el aire durante unos segundos. Luego los bajaron y siguieron pegándose.
Por la tarde, recuperada ya del susto, cargó el saco pequeño a sus espaldas y se dirigió el pueblo vecino. Las colas eran muy largas ya cuando llegó, y la rabia se desató cuando comprobaron que no había más que unos pocos nabos que comprar. Juana les intentó explicar que regresaría con más, pero su voz apenas se oyó bajo el abucheo de gente con ojos desencajados que intentaban arrancar los nabos a los que habían tenido la suerte de poderlos comprar. Alguien propuso agarrar a Juana como rehén hasta que trajeran más nabos, y la deficiente huyó a una velocidad que dejó a todos los que la perseguían con la boca abierta y los brazos extendidos en el aire durante unos segundos. Luego los bajaron y siguieron pegándose.
9 comentarios:
¿Juana duerme con Jaspi? ¿sólo duermen juntos? me he perdido algo... además me pareció que aquí antes aquí había una entrega totalmente distinta.
A parte de este pequeño desconcierto, me ha encantado esta entrega, los acontecimientos parecen empezar a desatarse... ya me tenés acá expectante hasta el próximo capitulo Ô_Ô
"Lo primero que hizo al despertarse fue imaginar el viril olor de un oso como Jaspi durmiendo a su lado."
Creo que lo que te has perdido (aparte de la entrega undécima), es la palabra "imaginar" :D
:"D
Tranquila, estas cosas pasan ^^
Eso sí, si te pasan muy amenudo, busca ayuda :D
Sí, sí, hay una undécima entrega que leer, más abajo, donde se explica lo de las imaginaciones de Juana >_< Me alegro de que te haya gustado esta entrega ^_^
Como ya le dije a Fresquito, me encanta que una fábula de alegres animalitos degenere en una historia llena de personajes disfuncionales y tarados mentales que parecen haber salido de un guión de David Lynch. En serio, por momento me está recordando al universo marciano y enfermizo de Twin Peaks.
Sublime.
Gracias ^___^
Gracias no es suficiente. Tienes que subir la siguiente entrada :-o
DECIMOTERCEROOOOOOOO
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