jueves, junio 29, 2006

los primeros vástagos de una tableta adorable

El lunes pasado me compré una tableta digital. La principal función de este utensilio es la de poder usar los programas de dibujo con más facilidad, precisión y versatilidad, que un simple ratón. Descrita su función, pasaré por alto el hablar de su mecanismo, ya que esta entrada no tiene como objetivo el fardar de compra. También porque me pillé la segunda más barata que encontré. De lo que va esta entrada es de presentar en sociedad las dos primeras creaciones que he realizado con la ayuda de la tableta milagrosa.


En el primer dibujo, apenas hice uso del potencial de la tableta (ni en el segundo tampoco, pero bueno). La base utilizada fue un dibujo que hice el año pasado para una historia ilustrada que estábamos llevando a cabo mi compi y yo. Este dibujo se quedó a menos de la mitad de ser terminado, hecho directamente a tinta y con un concepto algo inquietante, pretendía transmitir tristeza, desesperación, miedo, incomprensión... vamos, sentimientos muy bonitos todos ellos. Para ello usé una técnica un tanto diferente a la habitual. Usé premeditádamente un trazo penoso, sin volumen de linea, y con un estilo que no recordase en nada al mio. La composición es más convencional, eso sí.


Antes de tener la tableta, durante el fin de semana, me dediqué a juguetear con las capas del photoshop, usando varias fotos de naturaleza sombría (lápidas, cruces o estátuas de ángeles), unos cuantos efectos, y bastante tiempo. El objetivo era crear una especie de película que potenciara el mensaje del dibujo. Aunque la verdad es que sabía de antemano que casi todo el trabajo realizado no iba a servir de nada (porque de lo hecho en estos días apenas nada se llega a intuir en el dibujo final). ¿Por qué hacerlo? Por varios motivos: primero por probar. Soy nuevo en todo el tema de colorear por ordenador, así que probar cosillas siempre va bien. Segundo, porque aunque las cosas no se vean, sí que se perciben. Es decir, el ordenador es una herramienta muy versatil, pero a la hora de dibujar, si no se usan triquiñuelas, el resultado puede quedar muy artificial. Así que necesitaba añadir una especie de suciedad e imperfección a la imagen antes de realizar el ataque final. Por cierto que algunos puede que opinen que en esta fase el dibujo transmitía mejor el sentimiento de inquietud.




Una vez con la tableta, me decidí a dar los pasos finales, que consistirían en oscurecer el dibujo hasta decir basta. He de aclarar que a estas alturas no usé todavía las opciones de presión para los pinceles, por lo que más que nada usé el instrumento este como un ratón de mayor comodidad. La verdad es que si hubiese sabido usar lo de las presiones, la cosa habría ido mejor, pero aún así, me agrada el resultado obtenido. Sí, me contento con poco.




Y el tema de las presiones lo descubrí ayer mismo. La verdad es que es un invento esto de las tabletas, facilita la labor cosa mala. Esta tarde me he puesto a trastear un poco para probarla, y he obtenido un resultado mucho mejor de lo que el tiempo empleado y la nula experiencia en la matería harían pensar. Todo está hecho directamente con la tableta.

Y así termina la primera entrada de la nueva era del blog.

Nota: Blogger no me dejaba subir o enlazar imágenes, así que he tenido que recurrir a otros métodos. Si logro remediarlo, pondré cada imagen donde toca, por el bien de la composición del blog, y de aquellos que no gusten de clickear en las imágenes.

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