una prueba exitosa

La solución es de lo más sencilla y evidente. En vez de aplicar una propiedad de multiplicar a cada color que se pone sobre el dibujo, lo que hago es multiplicar el dibujo y poner capas bajo él. De este modo, los colores no se mezclan entre sí, y no quedan pegotes raros en las juntas de los mismos, sino que donde empieza uno, acaba el otro.
Por lo tanto este dibujo no es otra cosa que eso, una prueba. Una prueba exitosa, eso sí.
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