domingo, abril 02, 2006

¡nena ven y míralo!

¿Nunca os habeis preguntado qué requisitos debe uno cumplir para disfrutar de un mercadillo? Yo tampoco, pero sí que me he planteado la necesidad de su existencia. Una vez por semana en unas cuantas calles de cada pueblo o ciudad, se levantan decenas de puestos atestados con objetos de dudosa procedencia tasados a precio de saldo. ¿Para qué? Es un enigma.

En los stands uno puede encontrar desde bolsos, hasta la ropa interior más picante, pasando por juguetes para el niño y la niña, material escolar o todo tipo de calzado. A priori deberían ser sitios de bien si nos atenemos a estos hechos. Nada más lejos de la realidad. Os animo a probar de leerle esta descripción a alguien, a ver si adivina que os referís a un mercadillo. Intentad ahora con "lugar atestado de marujas encolerizadas en busca de un par de bragas de oferta, vociferando por conseguir una minucia en forma de paupérrimo descuento, con la gitana de turno, la cual a su vez anima a gritos la compra en su gloriosa parada de las ofertas más suculentas, todo ello mientras unos alegres cabroncetes se dedican a la caza de carteras, de las cuales una amplia mayoría estarán, vacías ya, en diversos puestos a la semana siguiente". ¿Quál creeis que es más fiel a la realidad?

Entendereis pues mi inquietud cuando ayer Apolo (una majestuosa águila macho que habita en AsturiaX, un pueblo vecino) me dijo que hoy por la mañana habría mercadillo, Me imaginaba mi plácido pueblo lleno de ruido y gentuza, pisoteando y destreyéndolo todo en su frenesí consumista. Tal cual hacemos la humanidad con el planeta. En el tablón de anuncios de Ynis apareció el siguiente mensaje confirmando la infausta información de Apolo:

"El mercadillo será mañana. ¡Deshazte de lo que no necesites y aprovecha las gangas!"

Afortunadamente, la historia de hoy no ha tenido tintes trágicos.

Ynis es un sitio diferente, y una muestra más es su mercadillo. A grandes rasgos consiste en que cada uno prepara en su casa los muebles que quiere vender, y visita las casas de los demás para ver si hay algo que le interese. Rápido, sencillo y limpio, así es el mercadillo de Ynis. Además, dura todo el día, por lo que nadie va con prisa, lo cual siempre es de agradecer. Vamos, que todo son ventajas.

Personalmente, la experiencia me ha gustado. He vendido bastantes cosillas que he ido consiguiendo a lo largo de la semana, y me he hecho con algunas otras que me han gustado y/o me serán de utilidad en el futuro. Teniendo en cuenta que muchas de las cosas de las que me he desecho provenían del vertedero municipal y de objetos perdidos, no me puedo quejar, y no lo voy a hacer.

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